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Trastornos de comportamiento mas frecuentes


Prevención y tratamiento de:
Desobediencia

Durante la convivencia entre perros y seres humanos surgen a veces algunas dificultades, producto del comportamiento de los animales. Estas dificultades muchos propietarios las engloban bajo el nombre de "desobediencia". Sin embargo, esta definición muchas veces no es compatible con la realidad. El hecho que el comportamiento de un perro no sea del agrado de su dueño o que le cause algunos problemas, no significa necesariamente que la conducta sea de desobediencia. De este modo si un perro no responde al llamado de su dueño puede estar manifestando desconfianza o temor producto de experiencias inadecuadas. Por ejemplo si un perro rompe algún objeto preciado de su propietario resulta muy frecuente que éste lo llame y le pregunte con voz de tono elevado “¿qué hiciste?” para luego reprenderlo inmediatamente. El perro lejos de entender el pretendido mensaje percibirá que acudir al llamado de su dueño puede ser perjudicial para él y por lo tanto la próxima vez dudará o simplemente no acudirá. Cuando un perro presenta un comportamiento indeseable para su dueño resulta entonces imprescindible, para poder solucionarlo, diagnosticar si ese problema se debe a un comportamiento compatible o no con la desobediencia del animal y cuál es la influencia del entorno en relación a dicho comportamiento.
Agresividad

El comportamiento agresivo de los perros siempre ha sido un problema social de importancia. Esto se debe a que un perro agresivo puede poner en peligro la integridad física de una persona, llegando en casos extremos a ocasionarle la muerte. Según el Ministerio de Salud de la Nación, se reportan al año alrededor de 60000 mordeduras de perros (casi siete por hora). La mitad de las agresiones se produce contra chicos menores de 14 años y la mayoría de los mordedores son mascotas de la familia o animales que tienen dueño. Vale la pena remarcar que un informe de la provincia de Buenos Aires considera que alrededor el 70% de las mordeduras no se denuncian. Un estudio realizado en Pensilvania, Estados Unidos, mostró que sobre un total de 3000 niños en edad escolar el 45% habla sido mordido por un perro durante su vida; de ellos el 30% había sido mordido por su propio perro. En Argentina en un estudio realizado en Capital Federal y Gran Buenos Aires el 30% de los propietarios de perros manifestó que sus animales habían manifestado episodios agresivos(1). A su vez, resulta frecuente que muchos propietarios de perros deban someter a sus animales a más de una observación antirrábica a lo largo del tiempo debido a que los perros repiten episodios agresivos. Esto se debe a la falta de un diagnóstico y por ende de un tratamiento adecuado del problema en cuestión.Esta realidad nos indica que resulta de imperiosa necesidad ampliar el enfoque acerca del comportamiento agresivo en los perros. Para ello es necesario comprender que la agresión de los perros hacia los seres humanos es un fenómeno complejo que incluye numerosas variables (genética, orgánica, aprendizajes, vínculo con los humanos, etc.) y que puede ser de diversos tipos (agresión jerárquica, irritable, por temor, sobreprotectora, por causas orgánicas o funcionales, etc.).Por todo lo expuesto sólo un enfoque global del problema de la agresión junto con planes preventivos y terapéuticos adecuados podrá aportar elementos que contribuyan a minimizar dicho problema y así mejorar el bienestar tanto de los propietarios de perros como de los que no lo son y por supuesto el de los propios perros.
Destructividad

Uno de los comportamientos indeseables que suelen presentar los perros en su convivencia con los seres humanos es la destructividad de muebles u otros objetos. Por supuesto que la mayoría de las veces este comportamiento suele ocurrir en ausencia del grupo familiar, es decir, cuando el perro está solo. También en este caso la mayoría de los propietarios suelen castigar al animal cuando regresan a su casa y se encuentran con los restos de sus preciados objetos. Sin embargo, esta actitud no sólo no suele ser adecuada ni eficaz para corregir esta mala conducta sino que además puede contribuir a empeorarla. Para revertir esta conducta primero es necesario, como en todos los casos, conocer las causas por las que un perro rompe cosas. Sólo luego de un diagnóstico se podrá implementar un tratamiento adecuado.
Miedos y fobias

Uno de los comportamientos indeseables que más frecuentemente se observan en los perros son aquellos relacionados con el miedo. Ante tales situaciones muchos perros adoptan comportamientos extremos, desde huir desesperadamente, destruyendo todo lo que obstruya su paso, a fin de terminar con la sensación de terror que los embarga hasta manifestar agresión de alta intensidad. Algunos de los propietarios de estos animales se sienten molestos, consciente o inconscientemente, debido a que según ellos sus animales son cobardes. Otros sufren al percibir la sensación de temor que experimentan sus perros ante estos estímulos. Sin embargo, tanto unos como otros suelen desconocer las causas de esta sensación y mucho más la manera adecuada de corregir su efecto.

Ansiedad
La ansiedad es un estado caracterizado por el aumento de la probabilidad de desencadenar reacciones emocionales análogas a las del miedo (vigilancia y búsqueda, hiperactividad autónoma y actividad motora aumentada), en respuesta a toda variación del entorno (interno y externo). Lo más importante a tener en cuenta es que la ansiedad trae aparejada una desorganización de los autocontroles y por lo tanto una pérdida de la adaptabilidad a toda variación del entorno, lo cual produce un gran sufrimiento al animal y graves perjuicios a sus propietarios.
Hiperactividad

Cuando un perro presenta un comportamiento hiperactivo las causas pueden ser diversas, desde un comportamiento para llamar la atención, pasando por aburrimiento hasta diversas patologías tales como el síndrome hiperquinético. De este modo cuando un perro se manifiesta hiperactivo resulta entonces imprescindible, para poder tratarlo, diagnosticar si ese problema se debe a un comportamiento normal u anormal.
Deposiciones en lugares inadecuados
Uno de los primeros comportamientos indeseables que se presentan durante la convivencia entre un cachorro y una familia es cuando el cachorro elimina sus deposiciones en lugares inadecuados. Son por supuesto comportamientos inadecuados para el dueño pero no siempre para el perro, quien la mayoría de las veces no recibe un correcto entrenamiento acerca de cuál es el lugar correcto para que haga pis y caca.Uno de los métodos más utilizados por los dueños consiste en colocar junto al lugar de descanso y de alimentación del cachorro papeles de diario. Si el cachorro orina o defeca en otro lugar suelen refregarle el hocico en sus propias deposiciones y llevarlos al lugar elegido por ellos para exigirle que elimine allí o se atenga a las consecuencias. Si a pesar de esto el animal continúa haciendo pis y caca en cualquier lado menos donde su enfurecido dueño pretende, el castigo físico no se hará esperar y el vínculo con el cachorro se deteriorará por completo. En realidad, si un cachorro que fue sometido a este tipo de enseñanza no orina ni defeca donde su propietario desea la culpa no es del cachorro sino del método utilizado por el dueño.

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1 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola! Un gusto visitar esta página, muy interesante y completa. Aunque, debemos recordar, muchas veces el carácter, estado de ánimo y personalidad de los dueños, influye sobre la del perro; personas agresivas más probablemente tengan animales agresivos... igualmente hay que prestar atención al carácter de nuestra mascota. Saludos!

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