Viajamos con el gato????

Cuando realizamos un viaje, con el que nos vamos a ausentar del hogar varios días, sólo tenemos dos opciones: o dejamos al gato con un pariente o un amigo, o lo ingresamos en una residencia felina. Aunque si nuestra ausencia va a durar poco tiempo, es posible que podamos dejar al gato sólo en casa, con suficiente agua y comida, o que alguna persona se acerque en alguna ocasión a darle de comer y pasar un rato con él.
Si nos vemos obligados a dejarlo al cuidado de alguien en su casa, conviene que le informemos sobre los hábitos del gato, y que le llevemos sus recipientes de comida, su bandeja de arena, su lugar preferido para dormir (si es posible) y, sobre todo, la comida a la que está acostumbrado, así como su juguete preferido, si es que lo tiene. No olvidemos explicarle los riesgos de las ventanas y de la puerta de salida de la casa, para evitar sustos innecesarios. También conviene explicar a esa persona que, quizás, al principio, el gato esté asustado y no quiera comer, o que es posible que se esconda ante la presencia de extraños en algún recóndito lugar. Si esa persona tiene otro gato, habría que añadir otras advertencias relacionadas con la existencia de una pareja de gatos en la misma casa, pero creo que es innecesario comentar un tema como éste, porque ya entenderás a qué tipos de riesgos me refiero: peleas, juegos, otros juegos...
Por fortuna, cada vez contamos con más residencias felinas o lugares en donde pueden acoger a nuestro gato durante varios días. Aunque los hay muy económicos, no conviene escatimar dinero en perjuicio de una correcta alimentación o condiciones higiénicas y sanitarias del lugar, no sea que a la vuelta del viaje nos llevemos una desagradable sorpresa.
Viajes con el gato

Si nos desplazamos con el gato, lo más conveniente es realizar el viaje por carretera y en nuestro propio vehículo, ya que es económico, sencillo y sin riesgos, porque somos nosotros los que tomamos todas las decisiones. Pero si el viaje lo tenemos que realizar en avión o en barco tenéis que tener mucho cuidado y debéis de ser conscientes de los riesgos que ello conlleva, desde el momento en que perdéis de vista al gato. Otra posibilidad a tener en cuenta es la opción de realizar el viaje en tren, también posible aunque con muchos incovenientes.
Existe una opción de trasladar al gato que no se utiliza nunca hasta que no queda más remedio: las agencias de transporte. Aunque inicialmente pueden tenerse en cuenta para enviar al gato a otra localidad sin tener que desplazarnos nosotros, lo cierto es que si se acierta con la empresa puede resultar muy cómodo viajar sin tener presente continuamente que nos estamos desplazando con un ser vivo.
En el caso de viajes al extranjero, deberéis de conocer las normativas de cada país relacionadas con la admisión de animales procedentes del exterior (vacunas imprescindibles, documentación en regla, etc.). Y para quienes tengan que pernoctar en otra ciudad con su gato, es muy importante tener confirmado con la suficiente antelación la posibilidad de alquilar una habitación en un hotel que permita la admisión de animales.
Consejos

Sea cual sea el medio de transporte, el gato ha de ir encerrado en un transporting, tanto por la seguridad de las personas y de objetos, como por la necesidad de garantizar la integridad del gato y evitar que reciba cualquier golpe accidental. Tened en cuenta este consejo sobre todo en los viajes en avión, ya que algunas jaulas homologadas y adquiridas para el vuelo no están diseñadas para soportar posibles golpes desde el exterior al interior, sino que están pensadas para que el animal no pueda salir al exterior.
En relación con la alimentación, diremos que el gato aguanta mucho tiempo sin comer y que se puede prescindir de ello, siendo suficiente con darle bastante alimento con antelación al viaje, haciendo falta luego sólo el suministro de agua. Si es un gato nervioso, se puede poner algo de alimento o recurrir a la valeriana, por ejemplo.